3 feb 2014

Eres tu memoria, toma 2

En un post anterior hablé del libro de Luis Rojas Marcos "Eres tu memoria" (Ver post). Ahora voy a intentar hacer una breve reseña sobre algunas de sus principales enseñanzas, que son muchas.

En la primera parte introductoria sobre qué es la memoria y sus tipos, Rojas Marcos incluye una cita muy significativa del psicólogo Gordon Allport para explicar qué es la memoria: "Estar seguros de que al despertarnos cada mañana somos la misma persona que se fue a dormir la noche anterior". Eso es la memoria y ese es su papel y uno de los hilos conductores del libro.

Evidentemente hay muchas teorías y clasificaciones sobre los tipos de memoria, Rojas Marcos habla extensamente de varias memorias: la memoria autobiográfica o episódica; la memoria semántica (definiciones, conceptos, significado de los símbolos o expresiones, es más resistentes que la episódica); la memoria motora (cómo utilizar o manejar las cosas y como realizar las actividades que requieren aprendizaje y coordinación motora); la memoria de trabajo (los ejercicios mentales o tareas que necesitan manipular conscientemente varias clases de información o conocimientos); y memoria emocional o traumática (se encarga de las emociones y sensaciones físicas que resultan de experiencias vividas normalmente peligrosas).

En el libro se deja claro desde el principio que las personas graban los diferentes estímulos sensoriales de forma diferente, a pesar de que se hayan vivido situaciones idénticas, y que más tarde se evocan de forma diferente. Además, recuerda que la memoria es selectiva, no es una copiadora ni una cámara de fotos, es subjetiva por lo que no siempre funciona de forma lógica.

Son las emociones las que se encargan de modular la información que se graba en la memoria porque crean conexiones con recuerdos anteriores. Además, esta información, que ya ha sido interpretada por nosotros, no es permanente. Todo lo grabado, subjetivamente, con el tiempo cambia al mismo ritmo de nuestras opiniones y perspectivas, y finalmente se reconstruye.

Esta reconstrucción creativa es un mecanismo de defensa que protege nuestra autoestima y el equilibrio psicológico: "una conciencia tranquila es siempre síntoma de mala memoria". Este mecanismo es el que, a juicio de Rojas Marcos, está siendo puesto en entredicho por la capacidad de Internet de dejar constancia fehaciente de todos nuestros errores. Esta "memoria artificial, externa e imborrable" nos impide reescribir el pasado y pone en peligro nuestra capacidad de reinventarnos y, augura, tendrá consecuencias sociales para la convivencia de los humanos porque olvidar es indispensable para concebir el futuro sin sentirnos atados al pasado. Asegura que "resulta muy difícil convivir en un mundo sin olvido...debemos ser responsables de adaptarnos a esta tecnología".

Como ya comenté, la segunda parte del libro está dedicada al funcionamiento de la memoria y su capacidad creativa. Relata que fue Hermann Ebbinghaus el primer científico que investigó el papel de la memoria en el proceso de guardar información. Ya advirtió él que se aprenden con más facilidad las cosas que tienen un significado para nosotros que las que no nos llaman la atención. Prestar atención y concentrarnos es fundamental para captar información o aprender algo, es decir, la motivación es el factor que mejor predice el aprendizaje. También, es más fácil recordar algo cuando lo hemos conectado a imágenes o lugares concretos.

Y es que la mayoría de la información que capta la memoria solo se retiene durante unos minutos, salvo que exista algún factor que ayude a su retención por más tiempo, como puede ser la repetición o la vinculación a emociones o imágenes que les den un significado especial. Así, la memoria no solo reconstruye las experiencias guardadas, lo hace para adaptarlas a nuestra vida actual y hacerlas compatibles con nuestros puntos de vista o nuestra forma de ser actual.

En esto menciona al psicólogo Frederic Bartlett que fue el primero que avisó sobre que las cosas nuevas que aprendemos y las que ya sabemos se influencian mutuamente. Tanto la información nueva modifica la que ya tenemos guardada como que los recuerdos del pasado moldean la información recién adquirida para evitar inconsistencias o contradicciones que alteran nuestra armonía emocional. Es más, hay cosas que la memoria no borra pero que no nos son accesibles porque no encontramos algún enlace que nos lo haga evocar.

En definitiva, hoy día está muy comprobado que la memoria del ser humano reconstruye, reinterpreta y adapta subjetivamente la información que guarda o recuerda. Huye de las contradicciones por lo que hace que nuestro pasado sea coherente con la persona que somos hoy y no con la que éramos cuando los hechos o las emociones ocurrieron. Otro dato curioso es que evocamos con más facilidad cualquier información si nos encontremos en el mismo estado mental que teníamos cuando la registramos.

En fin, en un próximo post seguiré analizando este excelente libro. Para terminar una cita que se incluye en el libro que refuerza lo que se dice de él porque es nada menos que de Santiago Ramón y Cajal en El mundo visto a los ochenta años (1934):

"El recuerdo es un lago vivo, cambiante y plástico, que evoluciona, asimila y desasimila nociones de espacio, de tiempo y personas... pero durante este proceso impone a la razón representaciones mutiladas o enriquecidas...".

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